De la Inteligencia artificial a la Inteligencia colectiva
En un mundo plagado de desafíos como ciberataques, guerras, tensiones sociales, revoluciones, pandemias, hambrunas e impactos del cambio climático, se hace necesario cambiar nuestra perspectiva y comprender cómo nuestra civilización ha funcionado de manera fundamentalmente diferente.
Imaginemos la obra de arte del reconocido diseñador Olafur Eliasson, donde se despliega una red: la red misma, su proyección y el observador que se encuentra frente a ella.
Mi propuesta es ver nuestra civilización como una red de inteligencia colectiva que alimenta nuestro crecimiento. La proyección representa los sistemas de gestión que usamos para gobernar esta inteligencia, mientras que el observador es la oportunidad de replantearnos nuestra perspectiva. Esta inteligencia colectiva nos ha permitido sobrevivir y crear caminos hacia el progreso, desde las tribus antiguas hasta ciudades como Uruk con 100.000 habitantes, pasando por metrópolis modernas como Manchester y Chicago, y los complejos urbanos en expansión de Nueva York, Shenzhen, Ciudad de México, São Paulo, y las vastas redes urbanas como Tokio y Yokohama y otros complejos en China.
Nos encontramos en una encrucijada similar a la época anterior a la invención de la imprenta. Podemos convocar un nuevo Renacimiento donde la inteligencia artificial (IA) fomente el florecimiento y la libertad individual, o descender a una nueva era oscura donde la IA se use para crear rebaños de seguidores.
La elección es nuestra. Aprovechemos nuestra inteligencia colectiva para asegurar que elegimos el camino del crecimiento, la innovación y el empoderamiento individual.
La historia nos ha mostrado cuatro métodos a través de los cuales hemos logrado el crecimiento:
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Guerra: La guerra requiere autocracias y líderes carismáticos, sacrificando la inteligencia colectiva por el control.
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Comercio: El comercio libera el potencial sin violencia, pero fracasa cuando la confianza flaquea.
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Revoluciones Tecnológicas: Las revoluciones tecnológicas amplifican los esfuerzos, fomentando las democracias y descentralizando el poder.
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Reinvención: La reinvención requiere coraje y visión para remodelar el futuro.
Estos cuatro algoritmos no son ajenos a nuestra era. Vemos la guerra en Ucrania y las tensiones entre Irán, Israel y Arabia Saudita. La globalización se está fracturando y la confianza entre los socios comerciales está disminuyendo.
La competencia se extiende a la inteligencia artificial, donde la IA impregna el sistema operativo humano, creando una era de innovación sin precedentes. Pero esto no puede suceder sin repensar nuestros principios fundamentales.
Estamos en un momento en el que estamos repensando los principios fundamentales de la vida, como el diseño de proteínas. Cuando Google puede predecir o programar proteínas, estamos entrando en una nueva era tecnológica. Cuando podamos usar la IA para estabilizar un proceso de fusión nuclear, podríamos estar hablando de energía ilimitada e incluso logrando una longevidad inimaginable.
Pero esta tecnología también presenta un desafío: el potencial de un control sin precedentes sobre nuestras libertades. Es por eso que necesitamos una internet descentralizada, una Web 3.0 donde nuestra propiedad intelectual esté protegida, y un nuevo sistema financiero donde la garantía no sea el inmueble, sino nuestra propiedad digital.
En un mundo rebosante de desafíos, nuestra capacidad para aprovechar la inteligencia colectiva desbloqueará oportunidades de crecimiento sin precedentes. Como emprendedores y líderes, nuestro deber es claro: innovar sin descanso, repensar con audacia, inspirar profundamente y allanar el camino hacia un futuro donde el brillo colectivo nos impulse a nuevas alturas.
Aprovechemos esta oportunidad y creemos un futuro donde la inteligencia colectiva nos empodere para superar cualquier desafío y lograr un progreso inimaginable.