La guerra fría y el declive de la globalización
Las acciones de Nvidia cayeron casi un 9% durante las dos últimas semanas de octubre. Detrás de esta significativa caída se encuentra la decisión del gobierno de los Estados Unidos de endurecer las restricciones a la exportación de chips de inteligencia artificial avanzados a China. Esto no solo afectó a Nvidia, sino que también provocó un efecto dominó en varios ETF centrados en tecnología con una exposición significativa al fabricante de chips. Tales eventos son indicativos de un cambio más amplio: una creciente guerra fría que choca con los principios de la globalización y el libre comercio.
Mientras el mundo lucha por la competencia en el poder de procesamiento, la energía y el control de las cadenas de suministro, observamos una mayor volatilidad, especialmente en tecnología y materias primas. Si bien esta volatilidad presenta oportunidades, también debemos prepararnos para una turbulencia prolongada en este emergente mundo multipolar.
El declive de los símbolos de la globalización
- Índice Hang Seng de Hong Kong: En un momento visto como la puerta de entrada de inversiones al ascenso de China, el Hang Seng representaba la cúspide de la globalización. Sin embargo, su auge, que alcanzó su punto máximo en 2008, marca un cambio fundamental en la dinámica económica global.
Euro: Otro emblema de la globalización, el euro, mostró los desafíos de un sistema monetario compartido combinado con estrategias fiscales diversas. Las tasas de interés reales negativas han desincentivado la innovación y la productividad. Ahora, los esfuerzos europeos por la energía verde, a expensas de la seguridad nacional, están llegando a su vencimiento.
Replanteando la productividad y la dominancia económica
La sabiduría convencional sugiere buscar el próximo 'milagro económico', el sucesor del crecimiento explosivo de China. Muchos señalan a la India. Sin embargo, un análisis de las métricas del PIB ofrece una narrativa diferente. Con Estados Unidos y China liderando las cifras, ¿qué nación está lista para unirse al codiciado club de los $20 billones a continuación?
Nuestra apuesta está en Japón. Factores como los cambios en las cadenas de suministro globales, la automatización intensificada, cambios en las posturas de defensa y la posición estratégica de Japón frente a la dominación china lo convierten en un contendiente convincente. Si esta tesis se cumple, podríamos presenciar cómo la economía japonesa se dispara desde $4.4 billones a $20 billones en una década.
En el contexto de la pandemia, parece que el Nikkei está entrando en un mercado alcista estructural. Su punto más bajo en 2009 y el resurgimiento posterior a la pandemia subrayan el potencial de Japón como un actor fundamental en esta nueva era multipolar.