Olvídate la diversificación, concéntrate en el conocimiento
Vivimos la era del algoritmo. Ya sea en el uso de aplicaciones e Internet, los algoritmos están presentes en gran parte de las decisiones que tomamos.
Sin embargo, nosotros ya contamos con algoritmos incorporados: se trata de los principios. Tanto Ray Dalio como Charlie Munger, dos de los más grandes inversionistas de nuestro tiempo, los han empleado para resolver problemas y entender la realidad humana.
Charlie Munger, por ejemplo, fue más allá de las cifras al enlazar sus decisiones al emplear algoritmos verbales. Es decir, un conjunto instrucciones expresadas en palabras. Esto le permitió explorar las ideas básicas de la inversión, entender la importancia de los incentivos y por qué para tener éxito debía evitar diversificar en su portafolio de acciones. Munger reúne sus estrategias de inversión en principios tan inflexibles como el acero.
Por su parte, Ray Dalio lleva más lejos esta filosofía de inversión al plasmar sus principios en sus libros. Allí despliega un algoritmo que aborda, no solo los retos financieros, sino los desafíos que encierra la vida misma. Estos principios se convierten en faros que guían a través de las tumultuosas aguas de la incertidumbre.
Clasificar el conocimiento
Durante una rueda de prensa en 2002, Donald Rumsfeld, entonces secretario de defensa de EE.UU., arrojó la siguiente frase que luego daría forma a una matriz para clasificar el conocimiento:
"...hay cosas conocidas, es decir, cosas que sabemos que sabemos. También sabemos que hay incógnitas conocidas; es decir, sabemos que hay cosas que no sabemos.
Pero también hay incógnitas desconocidas; las que no sabemos que no sabemos".
Los principios de Munger y Dalio entrarían en la categoría de conocimientos-desconocidos (unknown knowns,), en el que estos algoritmos verbales ofrecen la máxima utilidad. Proporcionan una amplia gama de opciones para adaptarse a diferentes necesidades y brindan un enfoque claro para alcanzar el éxito a largo plazo.
Sin embargo, dentro de la matriz de Rumsfeld, surge un paisaje de incógnitas conocidas, un reino donde la inteligencia artificial y los algoritmos matemáticos despliegan todo su potencial.
Recientemente, la IA de Google, DeepMind, desafió la intuición humana al diseñar 380.000 nuevos metamateriales, los cuales son un grupo de materiales innovadores, en los que se encuentra el grafeno.
Este mero hallazgo nos indica que nos encontramos al borde de una revolución tecnológica en la ciencia de los materiales y la biotecnología. Aquí los algoritmos son los arquitectos de nuevos descubrimientos, las posibilidades son ilimitadas, una aproximación al mundo de los known-unknowns.
Una cartera que exprese el conocimiento
Basado en la matriz de Rumsfeld, creamos una cartera con activos y acciones, la cual sin representar un consejo de inversión, refleja la taxonomía del conocimiento.
- Largo Costco y Coca Cola: Grandes maestros en el known-known.
- Largo Google y Microsoft: Empresas que abordan los "known-unknowns", desde el procesamiento del lenguaje natural hasta el desdoblamiento de proteínas, pasando por la energía de fusión y la creación de nuevos materiales.
- Largo Palantir y Bitcoin: Los desconocidos. Palantir utiliza la IA para remodelar la toma de decisiones y Bitcoin introduce nuevos principios sobre la confianza y el dinero.
- Largo el VIX y oro, porque representan la incertidumbre.
Siempre podemos enfrentarnos a los acontecimientos del Cisne Negro de Nassim Taleb que tienen el potencial de afectar a nuestras inversiones.
La destreza de los algoritmos para navegar por el vasto océano de lo desconocido es una prueba innegable de su poder transformador.
En un mundo cada vez más intrincado, los principios y los algoritmos ascienden como faros, iluminando el camino hacia el futuro. Celebremos a los maestros de la innovación, que abren las puertas a una nueva era de posibilidades y descubrimientos.